Llegada del hombre a la luna

20 de julio de 1969

El 20 de julio de 1969, la televisión fue testimonio, y en cierta medida protagonista, de unos de los hitos históricos más importantes de la humanidad: la llegada del hombre a la luna. Eran las 3.56 de la madrugada en España, y aquello que Neil Armstrong definió como "un pequeño paso para un hombre, un gran salto para la humanidad" lo siguieron por televisión 20 millones de personas en España y 600 millones en todo el mundo.

Sin la fascinante cobertura televisiva, el aterrizaje del Apolo 11 en la luna hubiese sido, sin duda, un logro científico impresionante. Pero visto al unísono, en todo el mundo, en directo, en tiempo real, sin editar, se convirtió en una experiencia colectiva difícil de igualar.

La emisión la narró en España Jesús Hermida, que era entonces el corresponsal de TVE en Nueva York (RTVEPlay), y la cara visible del evento en todo el mundo fue el gran Walter Conkrite, periodista de la CBS que era conocido como el hombre más fiable de los Estados Unidos.

Conkrite, en el momento cumbre, solo fue capaz de decir emocionado: Man on the moon! Oh boy…wow boy! En entrevistas posteriores reconoció que esperaba decir algo más profundo, pero que las palabras no le salieron. La emoción, y el haber estado en antena 27 de las 30 horas que estuvo la nave espacial en el aire, le traicionaron. Sus palabras, dichas con lágrimas en los ojos, son historia de la televisión.

La mayor parte de los americanos siguieron el alunizaje a través de la CBS y esas fueron las imágenes que se distribuyeron en todo el mundo. Dieron una gran lección de periodismo. Tanto Conkrite, como Walter M. Schirra que mantuvo la impecable y emocionante conversación con los astronautas, sabían que ellos no eran los protagonistas, y las palabras y los silencios fueron muy respetuosos con ese momento histórico.

La emisión tenía todos los ingredientes para ser épica: suspense, no se sabía cómo acabaría, y emoción. Explosión de alegría compartida cuando Neil Armstrong puso por primera vez su pie en la luna. Nunca más ha habido en evento mediático con un contenido tan cautivador.

Hasta pocos meses antes del viaje espacial se debatió si el Apolo 11 llevaría o no cámaras. Los astronautas se resistieron durante mucho tiempo a llevar cámaras en la nave, decían que representaba una distracción innecesaria. Y, por otra parte, si la misión fracasaba, lo haría a ojos de todo el planeta, y eso hubiese sido muy difícil de superar.

La llegada del hombre a la luna sucedió en una década de profundos cambios en la sociedad americana. I have a dream, Martin Luther King, el mayo del 68, Woodstok, The Beatles, The Rolling Stones. Eran los 60 y parecía que todo era posible. Y la llegada del hombre a la luna quedó como la principal imagen en la retina de esa época.

Fue una historia optimista en el contexto de la guerra del Vietnam, un baño de patriotismo en una de las etapas más complicadas para la política norteamericana.

Anterior
Anterior

Rescue me

Siguiente
Siguiente

Balcón del Mediterráneo